Descubre cómo poner friso en tu habitación o salón, de forma rápida y sin complicaciones. ¡Te lo contamos paso a paso!
¿Quieres darle un aire nuevo y más acogedor a tu dormitorio, despacho o salón? ¡Has llegado hasta el lugar indicado! Porque colocar un friso tiene la capacidad de aportar un gran valor estético a cualquier espacio.
Un friso es un recubrimiento total o parcial de una pared. Generalmente el material usado es la madera y suele cubrirse la zona inferior de la pared. Su objetivo, lejos de lo que pueda parecer, no es únicamente estético. También tiene dos funciones prácticas: se encarga de proteger la pared de golpes o rozaduras, y tiene una función aislante, ya que la madera tiene una gran capacidad como aislante térmico.
A pesar de esto, cabe recordar que los frisos pueden encontrarse también en otros materiales, como los cerámicos, el composite o el PVC, entre otros.
Si quieres conocer cómo poner friso tú mismo y sin grandes complicaciones, ¡en este artículo te explicamos todo lo que debes saber!
Cómo poner friso paso a paso
1. Instala los rastreles
El primer paso a la hora de preguntarnos cómo poner friso será instalar los rastreles, que servirán para sujetar las tablas del friso. Ten en cuenta de que si nuestra pared cuenta con rodapiés debemos retirarlo previamente para que no entorpezca nuestro trabajo.
Mide y calcula la altura que quieres que tenga el friso y márcalo. Estas medidas serán nuestra guía a la hora de instalar los rastreles. Utilizaremos tres líneas de rastreles en horizontal, la de arriba del todo marcando la altura del friso. Otra línea irá en el centro y otra en la parte inferior, pero sin llegar al suelo, dejando uno o dos centímetros de espacio.
Las líneas irán fijadas a la pared con tacos y tornillos. Puedes hacer dos orificios de unos 5 cm a cada extremo del rastrel y otro en el centro.
Las líneas deben colocarse en horizontal para que las lamas del friso vayan en vertical. En caso de que queramos que el friso vaya en horizontal, debemos invertir la orientación de las partes.
2. Instalar las lamas
Las lamas del friso nunca irán directamente atornilladas a la pared, sino que irán ancladas a las líneas de rastreles.
Para empezar a instalar las lamas debemos medir y cortar con la altura que queramos, siendo quizás necesario para esto una sierra de calar.
Cuando las coloquemos, las lamas irán conectadas entre sí mediante machihembrados, lo que facilitará su colocación. Éstas irán unidas a los rastreles mediante unas grapas metálicas, que clavaremos a ellos cuando tengamos definido el sitio exacto. Podemos hacerlo con la ayuda de un martillo y unos clavos metálicos finos.
3. Esquinas y terminaciones
Si queremos saber cómo poner friso de forma que cada una de las terminaciones quede perfecta, tenemos que tener en cuenta algunas piezas que nos ayudarán a conseguirlo.
Para las esquinas de las habitaciones será necesario contar con una pieza esquinera. Son muy sencillas de colocar con clavos y un martillo.
En la parte superior del friso también será necesario instalar una pieza de terminación. Esta se encargará de ocultar todos los desperfectos que pueda haber en el corte de las lamas, funcionando a modo de embellecedor.
Para la parte inferior podemos instalar un rodapié de madera a lo largo de todo el friso. Así conseguiremos darle un acabado y, además, ocultar de nuevo los desperfectos de corte que puedan ser visibles.
Esperamos que este artículo te haya servido de ayuda para descubrir cómo poner friso en casa. ¿Quieres encontrar el mejor material para hacer el revestimiento? En Payresa encontrarás el friso para paredes al mejor precio. Si tienes alguna duda, nuestro equipo de expertos estará encantado de atenderte.